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Un test no es un juego a cara o cruz

  • Hay que tener claro cómo enfrentarse a los exámenes tipo test ellos.
  • No son ni más fáciles ni más difíciles que otro tipo de pruebas.
  • Te damos unos consejos para abordarlos con garantías de éxito.

Algunos estudiantes se alegran cuando los exámenes son de tipo test porque creen que son más fáciles y tienen que estudiar menos. Otros tienen fobia a esta metodología; piensan que están hechos para pillarles, les hacen dudar de sus conocimientos y se enfrentan a ellos con un suspenso en la cabeza.Ninguno de los dos grupos está en lo cierto.Los exámenes tipo test no son ni más fáciles ni más difíciles que otro tipo de pruebas, pero sí es cierto que se han convertido en una constante en universidades y oposiciones, y que pueden condicionar el método de estudio y la forma de afrontarlos.

LAS CLAVES

Tiempo.– Conviene que tengas un reloj a mano para saber cómo vas en cada momento, cuánto tiempo te queda y estar más relajado.

Instrucciones.– Léelas bien o pregunta tus dudas al profesor. Es esencial tener muy claro el funcionamiento de la prueba: cómo hay que tachar la respuesta, si los errores penalizan, la forma de corrección, etc.

Marcado.– Responde a las preguntas con un lápiz, por si después quieres cambiar las respuestas. No lo pases a bolígrafo hasta que hayas repasado y des el examen por finalizado.

Lectura.– Lee detenidamente los enunciados. Una sola palabra puede hacer que cambie el significado.

Memoria.– Una vez leído el enunciado, piensa mentalmente la respuesta correcta sin mirar las opciones que se te ofrecen. Luego búscala entre las alternativas propuestas.

Seguridad.– Aunque creas que sabes la respuesta correcta, no contestes sin leer el resto de opciones.

Organización.– Comienza a responder las preguntas de las que estás seguro y deja en blanco todas las demás. A continuación, enfréntate a las que te suscitan alguna duda y, por último, a las más difíciles.

Errores.– Si las respuestas erróneas descuentan, deja en blanco las preguntas que desconozcas totalmente. Puedes calcular cuántos puntos tienes asegurados para ver si deberías o no arriesgar.

Ingenio.– Utiliza el método de exclusión. Puede que no sepas a ciencia cierta la respuesta correcta, pero que sí estés seguro de que las demás no lo sean.

Repaso.– Si comienzas a tener dudas a última hora, lo mejor es no modificar nada.

El temario, de cabo a rabo

Cuando te pongas delante de los apuntes, no dejes ninguna parte de la materia sin al menos leerla. El hecho de que el examen tipo test incluya muchas preguntas permite que pueda cubrir todo el temario. No te limites sólo a comprender ni sólo a memorizar. El examen puede poner a prueba cualquiera de los dos métodos de estudio, o ambos. Si están a tu disposición, no dudes en leer exámenes de otros años. Te pueden dar un pista de por dónde va el profesor y el tipo de preguntas que hace (incluso puede que alguna se repita).

Es un buen texto para ayudar a los alumnos más reacios a aprobar los examenes 🙂

sacado de 20minutos.es texto de María Fernández

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